La alimentación balanceada desempeña un papel crucial en la producción y funcionamiento óptimo de nuestras hormonas. Micronutrientes como el yodo, selenio, hierro y vitamina B12 son esenciales en este proceso dentro de la glándula tiroides. Tanto la deficiencia como el exceso de estos micronutrientes pueden llevar a enfermedades como la inflamación (tiroiditis), el crecimiento de la glándula (bocio) y el hipotiroidismo.
En la población colombiana hay un exceso de yodo, principalmente debido a la sal de mesa. Los productos ultraprocesados como paquetes, cereales de caja, embutidos, postres y pan blanco también contienen altas cantidades de yodo. Por lo tanto, se recomienda disminuir el consumo diario de sal de mesa y de productos ultraprocesados. El yodo no necesita ser suplementado a través de tabletas, cápsulas ni gotas.
La anemia por deficiencia de hierro puede conducir a enfermedades tiroideas como el hipotiroidismo. El hierro se obtiene principalmente de alimentos de origen animal (carne, huevos, lácteos), legumbres (lentejas, garbanzos, arvejas) y vegetales (espinaca, brócoli, espárragos), que deben consumirse regularmente en la dieta.
La deficiencia de selenio también puede producir bocio e hipotiroidismo. En Colombia, no hay deficiencia de selenio, por lo que no se recomiendan suplementos. Es mejor obtener selenio a través de fuentes naturales como nueces, almendras, huevo, avena en hojuelas y aguacate.
No se recomienda el uso de suplementos de vitamina D para mejorar el funcionamiento de la tiroides. Es preferible recibir vitamina D de forma natural a través de la exposición al sol.
Para las personas vegetarianas, puede existir una deficiencia de hierro y vitamina B12. En estos casos, es importante corregir el déficit con suplementos.
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